PERDIDO.

Perdido era un perro que encontró Pedro un día atropellado y muy malherido. Lo apartó del centro de la carretera y llamó a las autoridades correspondientes dejándoles a cargo de este animal. Al día siguiente íbamos juntos camino de Valencia y Pedro paró en el lugar del atropello porque sospechaba que el perro había sido abandonado en vez de ayudado y en efecto, lo habían dejado en un reguero para que cuando subiera el agua se ahogara. El perro tenía muchos dolores asi que tomamos la decisión de llevar un veterinario al lugar para que le pusiera una inyección y dejara de sufrir. Recorrimos 20 km hasta el veterinario más cercano; este nos dijo que él no iba al lugar y nos facilitó material para hacer el traslado. Otros 20 km más y estábamos de nuevo junto al perro, como pudimos lo cargamos en el coche y lo llevamos a una clínica, donde a simple vista nos dijeron que lo dejáramos porque el perro tenía operación y era posible salvarle la vida. Rápidamente nos miramos a los ojos y decidimos quedarnos con este animal, no podíamos decir que no, cada vez que nos miraba sentíamos que nos hablaba con su mirada. Le pusimos de nombre Perdido y nos fuimos tranquilos pensando que todo iba a salir bien. A la mañana siguiente acudimos a visitarlo y dispuestos a que su operación se llevara adelante. Nuestra sorpresa fue cuando el veterinario nos cobró la noche de clínica, las placas, etc...etc...y a continuación nos dijo que no habia solución, que no tenía operación. Daba pena verle, tenía la mitad de su cuerpo paralizado, las piernas traseras las arrastraba y con las delanteras apenas se podía sostener. Le pedimos a este veterinario que le pusiera la inyección para que dejara de sufrir y se negó en rotundo no fuera que apareciera el dueño verdadero y a él le causara esto un problema(hay que decir que el perro fue llevado de un pueblo de la província de Castellón a un pueblo de la província de Valencia). Con este panorama cargamos de nuevo en el coche a Perdido, con el alma ya rota de pensar que teníamos que poner punto y final a su dolor. La perrera estaba cerrada pero tampoco lo hubieramos abandonado allí. Nos lo llevamos a casa, lo cuidamos lo mejor posible y esa misma tarde murió. Aún me entran ganas de llorar cuando recuerdo ese momento. Nos rompió el corazón.
Pongo en conocimiento vuestro esta historia porque el domingo viví de nuevo una situación similar. Otro "Perdido" atropellado, abandonado en el arcén de una carretera. Nadie se hace cargo. NADIE, y agoté todas las vías. Un animal más, muerto en soledad y silencio. Su vida vale como mucho una llamada de teléfono que limpia la conciencia, pero nadie es capaz de bajar y "pringarse". El mensaje que quiero lanzar es que , quien quiera una mascota no dude en darle hogar a un animal abandonado o al menos que se pare a pensar en ello. Las protectoras de animales están llenas de perros que buscan cariño y un hogar. Los perros de raza, los bonitos, están vendidos, están cuidados por sus criadores, es su negocio y se venden sin problemas pero hay otros que no son menos bonitos y sí mucho más cariñosos y agradecidos que te están esperando en una cuenta atrás, la de su propia vida.
En la foto podeis ver a Perdido con Pedro, fue unos minutos antes de morir.